lunes, 5 de mayo de 2014

¿NECESITO UN CAMBIO DE OFICINA?



     Una afirmación frecuente que nos transmiten las direcciones de compañías al plantearles un cambio de espacio es:

   "Bueno, realmente ahora no vemos la necesidad de cambiar de oficina, tenemos suficiente espacio y podemos hacer frente a los costes que nos genera."

    Es un argumento que sería rechazado si se tratara de cualquier otro elemento de la compañía, sería tildado de poco productivo. Si al medir los resultados de una cara maquinaria de una cadena de montaje el resultado fuera que no es un cuello de botella y que se va amortizando seguramente rodarían cabezas. ¿Dónde se ha quedado la mejora continua y la obtención del máximo rendimiento de todos los equipos?.

    Las compañías dedican recursos y horas de consultoría para optimizar al máximo los procesos y obtener el mayor rendimiento de todos los activos. Se localizan los cuellos de botella, se eliminan, éstos se desplazan a otras estaciones, se vuelven a eliminar, se invierte en tecnología, se reducen los inventarios a lo imprescindible cuadrándolos con la producción y las ventas, en conclusión, encaje de bolillos para funcionar como un reloj suizo, eficiencia en su estado puro.

  Llegamos al espacio de trabajo, el cual, curiosamente es generalmente el SEGUNDO coste más importante de la compañía y el análisis se limita a que lo podamos pagar y no moleste, inaudito. Nos encontramos con espacios infrautilizados, resultado, superficie excesiva que se paga, distribuciones ineficientes que afectan a la productividad de la plantilla que generan cuellos de botella que somos incapaces de resolver al no enfrentarnos a ellos de la forma adecuada, instalaciones poco eficientes que desperdician una energía cada vez más cara.

   Repitamos la pregunta, ¿es necesario cambiar de oficina? Pues en la misma medida en que cambiamos nuestros procesos, la distribución de los espacios ha de analizarse continuamente para mejorar los resultados de productividad y coste, y si ello implica cambiar de espacio de trabajo, adelante. Generalmente, cuando se produce un cambio en los procesos de una compañía, es más que probable que sea conveniente realizar cambios en la distribución de los espacio.

UN CAMBIO NO SÓLO HA DE PLANTEARSE POR COSTE O SUPERFICIE, SINO POR MEJORA, POR EFICIENCIA.