lunes, 17 de diciembre de 2012

EL DOBLE EFECTO DE LOS HUECOS VACÍOS

     Bien, supongo que os estaréis preguntando qué quiero decir con eso de los huecos vacíos. A lo que me refiero es a ese proceso que desgraciadamente se está produciendo en muchas compañías, la reducción de las plantillas ha provocado que al echar un vistazo a nuestras oficinas nos encontremos con puestos de trabajo vacíos.

     Ahora responderé a la segunda cuestión que genera el título de esta entrada, ¿cuál puñetas es ese doble efecto?. En principio sólo parece que haya uno, que es el hecho de que alguien ha dejado de pertenecer a la compañía. Pero yo no me refiero al efecto que le genera al que se ha ido, sino al efecto generado en los que se quedan.
     
     Uno de los efectos, demoledor para la productividad del capital humano, es la ansiedad que genera en el resto de la plantilla. Aunque seguro que a alguien, con bastante poco conocimiento del funcionamiento del cerebro humano y bastante poco tacto pensará que es al contrario, anima al resto a ser más productivos para que su puesto no acabe igual. Pues no, lo único que conseguimos es el "síndrome del burnout" (Descrito ya en 1974 por Freudemberg), vamos, lo que viene a ser estrés laboral, que aparte de mermar la productividad, es una de las principales causas de las bajas laborales, más costes...

     Segundo efecto, este es bastante más evidente, ¿qué produce un hueco vacío? Cierto, no demasiado. Pero vayamos más lejos, ya no es que no produzca, ¡es que cuesta!, ¿acaso no se ilumina ese puesto? ¿no se climatiza? ¿no se limpia?.
     Imaginemos por un momento que en una hipotética compañía X, se decidiera cobrar a los departamentos por el espacio que ocupan. ¿Cuánto créeis que tardarían en pedir un cambio de oficinas si tuvieran aunque sólo fuera un hueco vacío? ¿Acaso a alguien se le ocurre pensar que puede ser una buena política mantener 50 coches para un departamento comercial de 40 personas?.

     Mi humilde opinión, optimicemos nuestros espacios al máximo, quizá podamos evitar alguno de esos huecos vacíos, y si ya los tenemos, con más motivo aún. 


                         EVITEMOS EL DOBLE EFECTO.


       

viernes, 2 de noviembre de 2012

¿CRISIS? DE IDEAS SI ACASO...


          Que digo yo que ya cansa un poco. Cierto es que la situación dista de ser buena, los bancos no prestan, la construcción....¿qué es eso?¿existe?, el paro no deja de crecer, vale,  pero si algo tengo claro es que gritando como histéricas en pleno momento de pánico no vamos a mejorar la situación.

          El ser humano tiene por costumbre quedarse en su zona segura y de confort. Nuestro cerebro intenta que evitemos cualquier situación fuera de nuestra zona segura. En principio suena coherente, nuestro cerebro se preocupa por nosotros. Bueno, analicemoslo desde otro punto de vista:

          Si nuestro cerebro nos mantiene en la zona de confort...¿cómo vamos a arriesgarnos para mejorar e innovar si nuestro amigo lucha contra ello? Tenemos al enemigo en casa.

          ¿Qué conclusión podemos sacar de esto? Cuando no hay zona de confort nuestro amigo no tiene dónde retenernos y nos deja ser creativos e innovadores. Se dice que en tiempos de crisis se agudiza el ingenio, no es que se agudice, es que no hay una parte de nosotros haciendo la puñeta, sencillamente eso.

          Quizá la crisis empezó cuando nuestro tejido industrial se centró en trabajar para un solo sector porque en ese momento daba trabajo y mucho dinero, y dejó de lado esas políticas de búsqueda de mercados, de investigación, de optimización de costes, etc..., total, el dinero venía solo, y si no se lo pedimos a unos amigos que están encantados en dejarnos más si hace falta, total, si todo el mundo lo hace será lo correcto...

          Quizá esta crisis empezó siendo una crisis de ideas....

          Llamadme ingenuo, pero tengo la sensación de que esta etapa va a cambiar este pais para bien. Pienso que de tanta gente fuera de su zona de confort saldrán unas cuantas ideas no buenas, geniales, que harán que este pais deje de dedicarse a lo mismo de siempre de una vez.


miércoles, 31 de octubre de 2012

A MI NO ME SIRVE.


    Cuántas veces lo habrán oído esos consultores a los que se les pasa por la cabeza la idea de que si algo funciona en las grandes multinacionales en las que se han formado por qué no traerlo a las pequeñas, medianas y grandes compañías de su entorno. 

    Dossiers, esquemas, un speech genial, frases cuidadas y todo el empuje que la certeza de que su producto es perfecto puede aportar. Ya lo está viendo, en un mes una facturación de escándalo, y lo más importante, la satisfacción de haber ayudado a su cliente a superar mejor estos tiempos de apreturas, incluso yendo más lejos, con el ahorro que ha ayudado a crear puede que salve algún puesto de trabajo.

    Bueno, hoy es el día elegido para compartir con su futuro primer cliente cómo le va a hacer un hombre afortunado. Tras la pertinente espera llega su momento y como no podía ser de otra manera la presentación es perfecta, es lo que tiene haber estado practicando durante horas el día anterior. Y cuando ya está pensando en si facturarle un 20% a la firma ocurre:
- Realmente es muy interesante pero.... A MI NO ME SIRVE, esta compañía es demasiado pequeña para que su servicio nos aporte un gran ahorro, debería usted enfocarse a las multinacionales.

    ¿Me puede explicar alguien qué ha pasado? ¿ Me he equivocado de target? ¿ no es la persona adecuada? ¿ Qué es lo que no ha visto claro?  Hombre, no va a ahorrar lo mismo que Microsoft, pero sus costes tampoco son los de ellos, el ahorro va en proporción al volumen..., y si descontando el coste de mis servicios ya en el primer año ahorra unos cuantos miles.....¿ cuál es el problema? Boyantes no están desde luego, se nota en el ambiente, aparte, hay demasiadas mesas vacías...

    Menos mal que una vez que alguien confía y se arriesga (por llamarle de alguna manera) las cosas son de otra manera, es como un virus, como si tus palabras cobraran un sentido que antes no tenían, pero todo empieza a funcionar, y menos mal, porque se llega incluso a dudar de la idoneidad de esa idea a la que se le han dedicado tantos meses.

    Ayudemos a nuestros clientes, hemos de convencerles de que nos necesitan.


martes, 30 de octubre de 2012

¿SE PUEDE HACER ALGO MÁS PARA MEJORAR?


Es la pregunta del millón, en estos últimos años hemos sido testigos de una gran variedad de ideas más o menos innovadoras para racionalizar los costes y transformar los resultados del rojo al negro con la que ésta cayendo.

Tenemos de todo, los tradicionales, despidos, reducción de beneficios a los tan cuidados ejecutivos en los momentos de bonanza, eliminación de los cursos de formación, recorte en las tarjetas de empresa, en resumen, todo lo que en los tiempos de vacas gordas nos parece imprescindible y cuando la situación se complica ya no tanto. También hemos recurrido a métodos más novedosos, el outsorcing de servicios, la deslocalización, y toda una larga serie de soluciones creativas para pagar menos impuestos.

INSUFICIENTE. Nada, que no llegamos, seguimos en el rojo, y evidentemente sabemos lo que viene después, esas interminables reuniones en las que intentamos, y digo intentamos porque nunca conseguimos, convencer a la plana mayor de que la que tenemos encima lo mismo tiene algo que ver con el color de los resultados.

Pero la pregunta es: ¿podríamos hacer algo más? ¿se nos escapa algo? Siempre nos queda esa sensación aunque nadie nos lo diga.

¿Miramos fuera de España? Tampoco es necesario, miremos esas empresas que ya se han tenido que batir el cobre fuera de nuestras fronteras, Telefónica, Banco Santander, o que vienen de fuera, Siemens, Microsoft,  Vodafone, ¿ qué tienen en común?
            
             Son conscientes de la importancia que tienen los espacios que ocupan para su negocio, pero no sólo a nivel de costes, que todo sea dicho, en la mayoría de las empresas es el segundo coste más importante, sino a nivel de imagen, productividad de sus empleados, relación con sus clientes, y un largo etcétera de aspectos capitales para la compañía.

Estas compañías no han dudado en emprender grandes cambios en lo concerniente a sus espacios de trabajo para ganar en competitividad reduciendo su segundo mayor coste y aumentando a la vez la productividad de su capital humano, ¿Se puede pedir más? ¿Es eso posible?. SI, es tan sencillo y a la vez tan complicado como tratar los espacios de trabajo como un activo más, no como la caja que los contiene.

            "Si queremos dar un giro a la situación de nuestra compañía, actuemos sobre los grandes costes".

            Tan descabellado no será cuando Repsol y BBVA van por el mismo camino, ¿no os parece?