miércoles, 5 de junio de 2013

FUNCIONALISMO VERSUS FORMALISMO.


     Ya Vitrubio hacía referencia a estos dos conceptos, bueno, él fue más lejos, se planteó tres metas para el diseño de un edificio:
  - Utilitas, o lo que es lo mismo, comodidad/utilidad.
  - Venustas, belleza.
  - Firmitas, solidez.
     Evidentemente la tercera meta es imprescindible, no es concebible que una construcción no sea estable y sólida. Ahora, las otras dos son las que incluso han llegado a crear dos corrientes claramente enfrentadas, el formalismo y el funcionalismo. Estas corrientes se han ido alternando a lo largo del tiempo.
En los inicios del siglo veinte, el arquitecto Louis Sullivan creó la Escuela de Chicago con una máxima, " la forma sigue a la función", una de las cunas del funcionalismo. Esta corriente se hizo necesaria al no poder responder el repertorio tradicional las necesidades de la revolución industrial.
     Otros grandes arquitectos que siguieron esta tendencia fueron Mies Van de Rohe y Le Corbusier, el cual decía que "la casa es la máquina en que vivir".
     En la década de los setenta se produjo un cambio de tendencia, cobrando fuerza los arquitectos formalistas, tales como Philip Johnson, el cual decia que "la profesión no tenía responsabilidad funcional", Peter Eisenman, que aseguraba que "no hacía la función", u otros como Frank Gehry o Richard Meier, que directamente se veían como artistas sin responsabilidad funcional en sus diseños.
     Afortunadamente otros arquitectos han intentado posteriormente satisfacer las tres metas de Vitruvio, como Will Bruder por ejemplo.

     ¿Y qué ha producido estos cambios de tendencia?  El cambio de las necesidades de la sociedad, sobre todo las relacionadas con aspectos económicos y de crecimiento.

     Bien, pues aquí es donde acaba la parte documentada y donde empieza mi humilde opinión. ¿Qué tiene que ver todo lo comentado anteriormente con la gestión de espacios?     Me explico:

     Bajo mi punto de vista venimos de una etapa claramente formalista en lo referente al diseño de espacios. Durante los años anteriores a la crisis hemos visto cómo grandes compañías, que ya lo eran antes o se hicieron grandes con el boom inmobiliario, invertían buena parte de su tesorería y lo que no era tesorería, en magníficos y caros proyectos para sus sedes poniéndose en manos de renombrados arquitectos formalistas. Es evidente que el caldo de cultivo era perfecto, dinero "fácil" y nuestro carácter latino que nos incita a mostrar nuestra "opulencia". Pero claro, esta, digamos "alegría" a la hora de seleccionar sedes de alto componente representativo, provocó que se generara a su vez un boom en la construcción de edificios destinados al alquiler de oficinas, ya que aquellas compañías que no tenían la capacidad suficiente para construirse su propia sede, no se resignaban a no tener su espacio de oficina en un edificio de Prime.

      Y....llegó la crisis, resultado, inmobiliarias en serios problemas, concursos de acreedores,  impagos de empresas a propietarios de edificios, caros edificios sin terminar de pagar vacíos y compañías incapaces de mantener su cara ubicación.

     Bien, pues se acabó la fiesta, se acabó el dinero "regalado", y se acabó no ser eficiente, si señor, como lo oye, porque en esta locura muchas compañías se tomaron el lujo de no ser eficientes, total, se tira de pólizas de crédito y listo. Pues ahora se ha juntado que no hay pólizas que valgan y además como remate toca competir fuera, con empresas que si que lo son ya que no han vivido la fiesta del crédito y aprendieron a dar beneficios aplicando una técnica novedosa, PENSAR PARA OPTIMIZAR.

     Cierto es que algunas compañías españolas ya lo están haciendo, han tomado el espacio de trabajo como un activo más y no como un mal necesario o un elemento más para mostrar la imagen de la compañía cuando ello no es necesario, si, lo que digo, no siempre es necesario dedicar recursos para que nuestro espacio sea un bonito escaparate ya que en muchos casos nuestros clientes no nos visitan, ¿qué lógica tiene gastar si no lo va a ver nadie? Seguro que esos recursos reportan más beneficios si se invierten en mejorar los medios y equipos de los empleados.

     Es el momento de dedicar todos los recursos disponibles en aquellas estrategias que vayan a reportar un beneficio a nuestra compañía, si la imagen es una de ellas perfecto, pero sólo en ese caso.

PENSEMOS EN SER FUNCIONALES.

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